La Profecía de Jesús (con él sea la paz)

El Noble Corán explica que muchos Profetas descendían de la familia de Noé y de Abraham (con ambos sea la paz), como así también los Libros que fueron revelados a los Mensajeros descendientes de estas dos nobles familias. No hay dudas que Muhammad (con él sea la paz y las bendiciones) pertenecía a la descendencia de Ismael hijo de Abraham (con ambos sea la paz), como dice Dios, enaltecido sea: Envié a Noé y a Abraham, y agracié a la descendencia de ambos con la profecía y el Libro. Entre sus descendientes hubo quienes siguieron la guía, aunque muchos de ellos fueron corruptos. (57:26)

Entre las bases de la fe de los musulmanes está creer en todos los Mensajeros de Dios. Se ordena respetarlos, amarlos, defenderlos, difundir el amor por ellos entre la gente, tener fe en cuanto les fue revelado por Dios, bendito y enaltecido sea. Entre dichos Mensajeros está La palabra de Dios Jesús hijo de María (con él sea la paz), quien goza de un rango de nobleza entre ellos, ya que Dios dice: Digan: “Creemos en Dios, en lo que nos fue revelado a nosotros, en lo que fue revelado a Abraham, a Ismael, a Isaac, a Jacob y a las tribus, y en lo que Dios reveló a Moisés, a Jesús y a los demás Profetas. No discriminamos entre ellos, y entregamos a Dios nuestra voluntad [siendo musulmanes]. Si creen en lo mismo que ustedes creen habrán seguido la guía correcta; pero si lo rechazan, estarán en el error. Dios te protegerá de ellos. Él es el que todo lo oye, todo lo sabe. (2:136-137)

El pueblo de Israel antes de Moisés (con él sea la paz) se encontraban humillados y esclavizados, Dios dice: Recuerden cuando los salvó del Faraón y su ejército, que los castigaba con el peor de los castigos, matando a sus hijos varones y dejando con vida a las mujeres; esa fue una prueba dura de su Señor”. (7:141)

Dios los agració enviándoles a Moisés (con él sea la paz) dignificándolos, fortaleciéndolos con este noble profeta, la situación cambió de humillación a dignidad, de pobreza a riqueza, de la deshonra al respeto, pasando a ser los triunfadores como lo dice Dios: Le di a los Hijos de Israel, luego de que fueran humillados, las tierras que bendije al este y al oeste [de Egipto], y se cumplió así la promesa de tu Señor con los Hijos de Israel porque fueron pacientes, pero destruí cuanto habían construido el Faraón y su pueblo. (7:137)

Luego pasó el tiempo en el pueblo de Israel y muchos se desviaron de la fe y las enseñanzas que había traído Moisés (con él sea la paz). Se convirtieron en injustos y opresores, asesinaron a Profetas y a piadosos de ellos mismos, un grupo de ellos rechazó la resurrección, el cómputo de las obras, y el castigo en el Más Allá. Se sumergieron en las pasiones, los placeres, usurpaban los bienes de la gente injustamente, y entonces Dios les envió a Jesús hijo de María (con él sea la paz) como Mensajero y le enseño la Torá y el Evangelio para así ayudarlos a retornar al camino de Dios, la fuente pura y correcta que los salvaría del desvío en que se encontraban. Dios lo describe en el Corán:Hice que Jesús hijo de María siguiera [el ejemplo de los Profetas anteriores], en confirmación de la verdad que aún quedaba en la Tora. A él le he revelado el Evangelio en el que había guía y luz, como confirmación de lo que aún quedaba de la Tora, y como guía y exhortación para los que tienen temor de Dios y piedad. (5:46)

Jesús (con él sea la paz) comenzó a invitar a los hijos de Israel a adorar a Dios, a hacerles llegar el Mensaje y a practicar las obras y preceptos mencionados en el Evangelio de la mejor manera, como Dios lo informa: Cuando Jesús se presentó con las evidencias, dijo [a los Hijos de Israel]: “He venido con la sabiduría para aclararles sobre lo que discrepaban. Tengan temor de Dios y obedézcanme. Dios es mi Señor y el de ustedes, adórenlo, entonces. Éste es el sendero recto”. (43:63-64)

Cuando Jesús vio la negación, cómo lo desmentían, la incredulidad en su prédica, llamó a su pueblo diciendo: “¿Quién me socorrerá, defenderá, y estará junto a mí con paciencia ante los reveses que podríamos sufrir en el camino de difundir la religión de Dios?” Creyeron en él los discípulos, cuyo número era doce, quienes se comprometieron con él a difundir la fe, y a ayudarlo en la prédica a su pueblo con perseverancia ante lo que les podría sobrevenir. Dios lo relata en el Sagrado Corán: Pero cuando Jesús advirtió que su pueblo rechazaba la verdad, dijo: “¿Quiénes me ayudarán en mi misión de transmitir el Mensaje de Dios?” Dijeron los discípulos: “Nosotros te ayudaremos. Creemos en Dios. Atestigua [¡oh, Jesús!] que solo a Él adoramos. ¡Señor nuestro! Creemos en lo que has revelado y seguimos a Tu Profeta. Cuéntanos entre los que dan testimonio de fe”. (3:52-53)